domingo, 27 de diciembre de 2015

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Vivo huyendo-le a estas terribles páginas blancas.

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Escapo -por cierto sin mayor esfuerzo- del trabajo de armar un par de líneas, por el simple hecho de que suenen mejor en mi cabeza que amontonadas en un papel.

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Cuando concentrada susurro historias macabras de alrededores de la ciudad, o suelto una risita imaginando el siguiente disparate a redactar, las historias parecen tan reales, tan vividas y ocurrentes; que me entusiasman el desgastado corazón.

Entonces viene la fase de desengaño y honda desilusión al releer lo que entre atropellos intente plasmar torpemente -mi cabeza tiende a ser muy rápida comparada con mis dedos-.

-"Que asco de párrafo, mejor me dedico a escribir horóscopos en forma de trabalenguas; ese es un sector que todavía no está muy explotado."

Luego pienso que qué-sabré-yo-de-trabalenguas y que mejor debo cargar una grabadora a mano y así grabar todas mis notas mentales -pacharacadas diarias porsupuesto, nunca notas existenciales- a ver si logro mejorar en algo; total no es muy raro verme hablando sola, no-no-no.

-"Claro, me doy de la muy importante caminando con una grabadora pegada a las manos... Puff... Que aluncinada!".

Se imaginan?, yo con una grabadora, sí-claro, mejor regreso a hundirme en el sillón de la sala, hay muchas maratones acumuladas y no se veran solas, nonono: ahí te voy vieja amiga TV chupa-cerebro! (Remotamente culpable de mi sequía textual.)

PDT: Querido Santa, yo sé que ya paso Navidad, pero no me regalaron ni para un  par de panes secos, así que si puedes comunicarte con tus jovenes padawans: los Reyes Magos, para que de pasadita puedan devolverme mi grabadora a cinta que tiempo atrás Mamá dono como si fuese suya a algún lugar bien-habido; pues las cosas no son de quien las tiene, sino de quien las necesita, si-si-si.
FIN.



lunes, 14 de diciembre de 2015

Un regalito.

  La espuma aún burbujeaba en mi vaso, mientras uso la manga de mi polo para secarme los restos de cerveza de la boca y con la otra pido otra cerveza a la fornida camarera. 

" Si tan solo tuviera el pelo largo y los ojos coquetos, no estaría aqui  sirviendome tragos, no claro que no, estaríamos ya tomados de la mano rumbo a algun motel discreto de la ciudad."

- Son seis soles mas. - me dice mientras coloca la botella frente a mi.

Intento esbozar una sonrisa, como para recordar-me- que estoy de nuevo en el mercado y que tengo que volver a trabajar en mi encanto "natural", pero la camarera nisiquiera me registra y se va casi despreciandome la muy maldita.

Mujeres, maldita la hora en la que uno se enamora de ellas y se deja envolver en sus mentiras.

Maldita la hora en la que no le enseñan como borrarse de la cabeza el olor de su piel o el rojo de sus labios. 

Maldita su risa y el sonido de su voz, sí, malditas hechiceras, brujas embusteras.

***

Levanto mi vaso y brindo con la mesera; quien asiente y me esboza una sonrisa: "joder que aún no eh perdido mi toque."

Que sonrisa tan rara tiene, hasta parece que brindara con mi reflejo, como si estuviera tan borracho.

Ebrio estoy pero de desamor, y ahora donde voy a volver a encontrar a alguien como ella?, un rayo mortal no cae dos veces sobre la misma persona porque igual y a la segunda vez ya esta muerta.

Y qué!, aún puedo volver a probar suerte.

Me levanto, tomo mi vaso y empiezo a rondar el lugar, caminando holgado y seguro: soy el dueño del mundo buscando a quien regalarselo amarrado con una caja de bombones.

"Esa frase me salio bonita, debería ser escritor carajo, así me lloverían mujeres. Así sería otra la historia."

Me sigo moviendo y ahí esta esa larga cabellera oscura, llamandome a hacerle compañia en la barra.

***

Caemos en la cama acelerados, con la ropa estorbandonos mientras nuestros labios rozan cada parte visble de nuestra piel. 

Mi mente me dice que esta es la mejor manera de olvidarla; no pienses me grita, mientras mis manos recorren con desesperación su cuerpo.

Ya estoy listo para empezar la faena, para ahogar todos mis recuerdos entre mis susurros y sus gemidos cuando un pequeño amigo sale a saludar.

"Putamadre, putamadre", me repito.

-Que pasa amor, no te habias dado cuenta de mi regalito?, pero me doy la vuelta y tu puedes empezar, dale lindo.

Lo miro y decido no pensar, porque si hay algo que eh hecho mucho desde que Linda me dejo es eso, pensar y no para de pensar.






*Para Alonsito, una apuesta es una apuesta :P.